1. Usa ropa cómoda
La ropa holgada y suave es ideal. Evita prendas ajustadas, ya que en vuelos largos se pueden retener líquidos. Lleva una sudadera o chaqueta ligera para protegerte del frío a bordo.
2. Mantente bien hidratado
La deshidratación es común en vuelos largos. Hidrátate bien al menos dos días antes del viaje, no solo con agua, también con electrolitos. Durante el vuelo, bebe agua en forma moderada y constante.
3. Elige tu asiento con anticipación
Selecciona el asiento según tus necesidades:
Asiento en pasillo
Ventajas: Más libertad para moverte y fácil acceso al baño.
Desventajas: Menos privacidad, posibles golpes del carrito de comida.
Asiento en ventana
Ventajas: Mejor vista, apoyo para la cabeza y mayor control de tus pertenencias.
Desventajas: Acceso limitado al baño y al compartimiento superior.
4. Camina y estira las piernas
Levántate y camina cada cierto tiempo. Esto ayuda a la circulación sanguínea y previene la hinchazón o incomodidad en las piernas.
5. Prepara tu entretenimiento
Lleva películas, series, música, libros o videojuegos descargados previamente. Asegúrate de tener tus dispositivos cargados y no olvides tu cargador.
6. Lleva tus propios snacks
Aunque algunas aerolíneas ofrecen alimentos, es recomendable llevar tus propios snacks para ahorrar y evitar pasar hambre entre comidas.
Un vuelo largo no tiene por qué ser incómodo si te preparas bien. Usar ropa adecuada, mantenerte hidratado, moverte con frecuencia, elegir el asiento correcto y llevar entretenimiento y snacks puede transformar tu experiencia. La clave está en anticiparse y hacer pequeños ajustes que mejoren tu bienestar durante el viaje.